viernes, 7 de octubre de 2022

El desgaste de lo visible

Por tanto, no nos desanimamos. Al contrario, aunque por fuera nos vamos desgastando, por dentro nos vamos renovando día tras día. Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento. Así que no nos fijamos en lo visible, sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno.
2 Corintios 4:16‭-‬18 NVI
https://bible.com/bible/128/2co.4.16-18.NVI

Si cerramos los ojos sabemos que son innumerables las sensaciones que podemos experimentar. Algunas de ellas nos invitan a la fe, la imaginación o la esperanza. En otros casos cerrar los ojos nos puede provocar inseguridad, miedo o desesperación. El punto es que, lo invisible es tan cierto como lo visible. Pero la realidad es que no somos dados a alimentar lo invisible, por la razón que sea lo visible nos inspira más comodidad. 

Sin embargo, la cualidad de confiar en lo visible queda en total frustración ante la evidente imperfección e inutilidad de lo visible para llenar nuestra alma. En esos casos, no nos queda de otra que aceptar que, "lo esencial es invisible a los ojos" (frase del novelista frances Antoine de Saint-Exupéry en su obra El Principito). 

La verdad es que, Pablo hace dos mil años atrás nos recalcaba que más importante aún, lo invisible no es solo esencial, es eterno. Así como en lo visible si se cultiva lo bueno se cosecha lo bueno y lo mismo con lo malo, en lo invisible es igual, cosecharemos lo que cultivamos. Entonces, es importante que dediquemos tiempo para alimentar nuestro espíritu (lo invisible) con la verdad de Dios. 

Esta verdad es lo único que permanece cuando todo lo demás desvanece. Esta verdad es la única que nos da la promesa de la eternidad. Esta verdad no es solo una manera de pensar, es más viva que nosotros y se digna en revelarse y manifestarse de innumerables maneras. Por eso existen, miles de miles de testimonios (testigos) de la revelación de Dios en la vida de gente común y desgastada como nosotros. 

Ahora bien, no debemos olvidar que lo invisible puede ser eterno, pero de muerte. Por lo cual, es solo con el amor del Padre, el sacrificio de Jesús y el poder del Espíritu que lo eterno se convierte en vida. Así pues ante el desgaste que aveces sentimos en los momentos en que lo visible termina revelando su límite e inutilidad, debemos reconfortarnos en la verdad de que lo espiritual sigue creciendo en nosotros para vida eterna. Como cuando se entierra una semilla muerta y nace un arbol de vida.

Que Dios te reconforte con la esperanza que él solo puede dar.