lunes, 5 de abril de 2021

Valiente vs Atrevido

Martin Luther King Jr. en protesta pacífica
contra las desigualdades sociales.
 (history.com)
 No es lo mismo ser valiente que atrevido. Si miramos el origen de cada palabra podemos deducir que valiente implica una acción de valor o que requiere valor. Por su parte, atrevido o atreverse, implica la disposición a correrse algún tipo de riesgo, sin necesariamente importar si es positivo o negativo, puede ser sinónimo de despreocupación. En Puerto Rico quizás la mejor descripción de atrevido, puede ser ligada a la actitud del "que se JOrobee…" por no decir otra cosa. Con solo hacer esta comparación etimológica vaga, podemos notar la gran diferencia entre ambas actitudes.  Una implica valor (valiente), la otra desdén (atrevido). Intentando ser un poco más elaborado la diferencia entre estas dos actitudes, recae en que el valiente se atreve con sus convicciones como fundamento, las cuales suelen ser morales y éticas; y el que es solamente atrevido puede carecer de convicciones y mucho más de fundamentos morales o éticos, mas bien puede que lo mueva el placer, el desdén, el egoísmo o el error.  Por ejemplo, un acto de valentía es interponerse ante el impacto de un fusil por salvar a alguien, a diferencia de un acto atrevido que puede ser lanzar el fusil. 
 Gracias a los actos heroicos que nos presenta Hollywood que tanto admiramos y a la presión de grupo que enfrentamos en los pasillos escolares, etc. inconscientemente  estamos predispuestos a anhelar o admirar la cualidad de ser atrevidos. En escencia ser atrevido no es malo, pero sin darnos cuenta podemos estar valorando marcos de acción (propios o ajenos) que no nos llevan a nada y de los cuales no estamos claros si nos están influenciando positiva o negativamente. Entonces, puede ser beneficioso hacer una pausa y reflexionar si nuestras acciones son de valor o si simplemente son atrevidas. Si nuestras acciones no están siendo fundamentadas en la valentía (en convicciones morales profundas), pueden estar siendo fundamentadas en el desdén (que no es otra cosa que irresponsabilidad), el egoísmo maquiavélico (el fin justifica los medios), el error (acciones bien intencionadas pero erróneas) o el placer (la sencación de adrenalina que se obtiene después de cierta acción). El problema con el desdén, egoísmo, el error y en ocasiones el placer no solo es que, tarde o temprano, traerán consecuencias negativas a nosotros mismos, sino que muy probablemente tendrán consecuencias negativas, igualmente, en los que nos rodean. 

Corrie Ten Boom,
arrestada por los Nazis.
(
pbs.com)
 
Por lo tanto, al reflexionar, es conveniente hacer introspección para poder corregir conceptos que podían parecer positivos, pero que estaban a medias y así poder corregir actitudes que pensábamos que eran correctas pero que no lo son y que nos estaban exponiendo a situaciones innecesarias y negativas. Obviamente, este es un asunto complejo, pero por mi parte, los fundamentos y valores del reino (=gobierno=sistema u organización social) de Jesús me ayudan a esclarecer los valores por los cuales debo ser valiente.  En otras palabras, al considerar si debo ser valiente en X o Y situación, considero si lo amerita por amor a Dios (para serle fiel) o por amor al prójimo (amor a: matrimonio, hijos, familiares, amigos, vecinos, compañeros, desconocidos {los que aman a Dios o los que sufren porque no lo conocen}…), o si lo amerita para buscar la paz, para buscar la justicia, para ser misericordioso, para ser manso o en últimas para mantener limpio el corazón.

 Por último, conviene ser honesto y reconocer si en el pasado confundimos ambos conceptos, para poder corregirlo en el presente. Pero de nada sirve hacer este ejercicio reflexivo y terminar en la frustración, pues sabemos que lo viejo ya pasó y no se puede modificar, a la vez que confiamos en la promesa de que cada día es una nueva oportunidad de la misericordia de Dios y con él a nuestro lado podemos cambiar las viejas costumbres en hábitos nuevos y buenos. Así poder ser valiente y no meramente atrevido. A la vez, damos gracias a Dios por todas las veces en que fuimos valientes sin estar conscientes y en las que fuimos atrevidos y no sufrimos consecuencias negativas. Igualmente, le pido a Dios que nos guíe y ayude a ser valientes, pues atrevidos ya hay muchos y mucho mal que causan en la sociedad.